San Lorenzo atraviesa una crisis institucional profunda y, en las últimas horas, recibió un nuevo golpe: la Cámara Comercial revocó un fallo de primera instancia y dio lugar al pedido de quiebra presentado por el fondo suizo AIS Group, que reclama una deuda cercana a los U$S 5 millones.
El conflicto se remonta a 2019, cuando, bajo la gestión de Marcelo Tinelli, el club recibió dos préstamos del grupo con sede en Luxemburgo: uno por 2,5 millones y otro por 1,5 millones de dólares. Como respaldo, se firmó un documento vinculado a la transferencia de Adolfo Gaich al CSKA de Moscú. Con el paso del tiempo, San Lorenzo no cumplió con los pagos, y aunque se habían acordado planes de refinanciación, la disputa terminó en los tribunales.
En 2023, la Justicia había condenado al club a abonar cerca de U$S 4 millones de dólares más intereses capitalizables, considerados producto del “préstamo y la cesión de derechos” por la venta de Gaich. El juez Guillermo Pesaresi había rechazado en mayo de este año la solicitud de quiebra, pero la Sala C dio un giro y falló en favor del fondo.
Si bien trascendió que San Lorenzo tendría cinco días hábiles para cancelar la deuda, el fallo no fija plazos concretos. En Boedo confían en abrir una nueva instancia de negociación para evitar la quiebra definitiva.
Las otras deudas que complican a San Lorenzo
La demanda de AIS Group no es el único frente abierto. El Ciclón acumula inhibiciones que lo obligaron a limitarse en el último mercado de pases: solo regresó Diego Herazo, tras su préstamo en Nacional de Montevideo.
Entre los juicios pendientes, aparece el de Ignacio Piatti, quien reclama U$S 4,3 millones tras su salida del club. La causa podría escalar hasta la Corte Suprema si se confirma la sentencia adversa en segunda instancia.
Otro conflicto lo protagonizan los hermanos Bruno y Mauro Pittón. En febrero, su representante había solicitado la quiebra por una deuda de U$S 175.000, monto vinculado a la transferencia de 2019. La situación derivó en un reclamo directo de Tinelli contra la institución, dado que el ex presidente había actuado como garante de esa operación.
A ello se suman compromisos con ex entrenadores como Rubén Insúa y Leandro Romagnoli, además de pasivos con futbolistas como los hermanos Ángel y Óscar Romero, Diego Rodríguez, Franco Di Santo, Lucas Menossi y la cuota pendiente con Monterrey por Adam Bareiro.
El presente de San Lorenzo es, sin dudas, una montaña de deudas que lo pone al borde de un abismo financiero del que sólo podrá escapar con acuerdos urgentes y una gestión que dé respuestas inmediatas.